The Treaty That Changed California
Albert Camarillo, historiador y uno de nuestros asesores de nuestro documental “Adobe Pintado Blanco” acaba de publicar su ultima obra, un libro de historia titulado: “Chicanos in a Changing Society”. La búsqueda de los estadounidenses por sus orígenes étnicos y culturales se ha convertido en un frecuente fenómeno en los últimos años. Los afroamericanos, por ejemplo han aprendido sobre sus orígenes provenientes del continente africano y sobre la larga historia de opresión y esclavitud estadounidense para comprender la experiencia de sus antepasados. Muchos anglosajones se han remontado hacia sus orígenes europeos para averiguar sobre las migraciones transatlánticas. Por otro lado, los nativos americanos contemplan a sus orígenes tribales de América del Norte y a la trágica historia con las relaciones con los blancos para comprender su actual situación de subordinación. De una manera parecida, los chicanos aprenden mucho sobre si mismos explorando sus orígenes; orígenes indígenas, españoles y mestizos. Sin embargo para entender su posición en la sociedad estadounidense, se necesita un conocimiento de las relaciones entre los anglosajones y los chicanos. La historia de los chicanos como una etnia minoritaria en Estados Unidos se forjo por una serie de sucesos a lo largo del siglo IXX. La guerra de Estados Unidos contra México (y la revolución de Tejas una década antes) causó la anexión de una gran cantidad de territorio mexicano a manos de Estados Unidos, un territorio donde la vasta mayoría de la población era hispano hablante.
Una de las grandes transformaciones históricas para los nativos americanos de California, los chicanos (o mexicano-americanos) y los anglo-estadounidenses (y para las demás comunidades étnicas que llegaron más tarde a California y a Los Ángeles) se produjo un enero de hace ciento sesenta y cuatro años, en un lugar que se encuentra a unos cuantos kilómetros del pueblo de Los Ángeles. Una casa de adobe abandonada se convirtió en un lugar fundamental para la república independiente de México y por lo tanto para los californios, que eran los nacidos en California y ciudadanos mejicanos. Y fue una enorme victoria para el ideal americano de aquella época, como por ejemplo el “Manifiesto del Destino«, un ideal en que la nación norteamericana estaba destinada por mandato de Dios a ocupar América del Norte desde su costa Este a su costa Oeste. Este lugar es conocido como “Campo de Cahuenga”, esta situado en una loma con magníficas vistas al Valle de San Fernando y a las montañas de San Gabriel, las que hoy conocemos como las colinas de Hollywood. Hoy en día este sitio parece ser una extraña anomalía dentro de la cada vez mayor densidad de la zona urbana de Los Ángeles, perdido entre los estudios de cine y la diversión del parque “Universal City”, perdido entre una congestionada estación de metro…
Gracias a los esfuerzos de los historiadores locales, “Campo de Cahuenga” nunca fue destruido. Sin embargo, la entrega de territorio por parte de México a Estados Unidos, el 13 de enero de 1847, es un lejano recuerdo. En la actualidad el dominio urbano esta por todas partes, sobre un paisaje natural con llanuras costeras, valles, ríos, cañones y laderas de las colinas de Los Ángeles y del Sur de California. Paisajes que durante miles de años eran prosperas tierras de los nativos americanos, más tarde pueblos españoles y mejicanos, misiones con sus tierras extensas repletas de ganado, abundantes viñedos y huertas. Estos paisajes están retrocediendo en el recuerdo que se desvanece como un paraíso natural que una vez floreció en estas tierras, y ahora solo queda una mera vasta urbanización. Esto es una especie de «blanqueo» que ha definido la construcción de Los Ángeles, poderosas son las inexorables mareas de una población étnica abrumadora en la historia de esta megalópolis. En primer lugar los españoles dominaron y redujeron la población de los nativos americanos de California a través de epidemias traídas del viejo continente, seguidamente, los mexicanos estaban agobiados por las crecientes oleadas de los angloamericanos, entonces un flujo de inmigración de Asia y de afroamericanos del Sur de Estados Unidos, a continuación, los inmigrantes de Europa del Sur y del Este y la gente de todos los continentes y del otro lado del mundo… y ese proceso continúa hoy en día en Los Ángeles. Pero la transformación más dramática de Los Ángeles, se puede decir que comenzó el 13 de enero de 1847, aquí en Campo Cahuenga:
En este lugar, el general Andrés Pico, de la Republica de México, firmó un tratado, denominado la “Capitulación de Cahuenga,» junto al teniente coronel John C. Frémont de Estados Unidos. Este fue un evento crucial que abrió un nuevo camino para el estado de California en 1850, finalizando la guerra entre EE.UU. y México en 1847, un año antes de que las guerras acabasen en el resto de los territorios de México en 1848. A principios de enero de 1847, las fuerzas mexicanas habían sido derrotadas dos veces y el pueblo de Los Ángeles fue capturado por el general Steven W. Kearny. Las tropas mexicanas se habían retirado al Norte de Los Ángeles, y el general Andrés Pico era el nuevo comandante general del ejército. Pico era el hermano del último gobernador mexicano de Alta California, Pío Pico. Mientras tanto, el coronel Frémont llegó a Los Ángeles entrando por el Norte. El 11 de enero de 1847, Frémont recibió noticias de las victorias del general Kearny. El batallón de Frémont estaba acampado en los edificios la misión de San Fernando, edificios que una vez habían estado en perfecto estado, impecables, en una preciosa misión española en San Fernando al noroeste de Los Ángeles. Frémont envió a Jesús Pico, un primo del general Andrés Pico y del gobernador Pío Pico, para hallar al ejército mejicano y para negociar con sus líderes. Jesús Pico dio la noticia a su primo Andrés Pico y los otros oficiales mejicanos de que Frémont había traído un gran número de hombres, además de las fuerzas navales del almirante Stockton que acababan de llegar a Los Ángeles, con lo cual era prudente entregarse. Pico creyó que los mejicanos podrían obtener mejores resultados con Frémont que con el almirante Stockton. Emisarios de ambos bandos se reunieron en Campo de Cahuenga, en la casa del rancho abandonado de Tomás Feliz, para trazar el tratado.
Al parecer, Frémont era un hombre tolerante, concediendo dignidad y generosidad al derrotado, o quizás conocía o apreciaba la cultura tradicional de California, con sus modales cortesanos y el honor entre los caballeros mejicanos, porque el Tratado del Campo de Cahuenga había traído la paz a California pero sin deshonrar a los oficiales californios, a sus tropas, y todos los demás ciudadanos de México que vivían en California. Las principales condiciones de la Capitulación de Cahuenga, como se le denominaba entonces, obligaba a los californianos a entregar las armas y la artillería, con la promesa de que no volvieran a tomar las armas. Protegidos por las leyes de Estados Unidos, se les permitió volver pacíficamente a sus hogares, se les concedió los mismos derechos y privilegios que los ciudadanos de Estados Unidos, y no tenían que ser obligados a jurar bandera hasta el momento que un tratado de paz fuera firmado por Estados Unidos y por México. También se les dio la oportunidad de volver a lo que quedaba de México, importante privilegio para los mejicanos de México, no de California, muchos estaban ansiosos de regresar a casa y ver a sus familias.
Estos artículos de la capitulación se firmaron en el Campo de Cahuenga, el 13 de enero. Durante una larga época en California, fue la época de los nativos americanos, después la época de los españoles y sus misiones, y finalmente la era mejicana californiana, todas ellas habían llegado a su fin, y la era americana había comenzado.
Poco después de seis meses, las fuerzas navales estadounidenses del Escuadrón del Pacífico, ayudados por el Batallón de California, dos compañías de soldados, y el Batallón de Morman, habían capturado a la inmensa región que hoy en día es el estado de California. El Tratado del Campo de Cahuenga fue modificado por el Tratado de Guadalupe Hidalgo, el dos de Febrero de 1848, el cual puso fin a la guerra entre Estados Unidos y México, obligando a México a renunciar a la mitad de su territorio nacional. El generoso tratado de Frémont podría haber alentado los mexicanos de California, para lentamente asimilarse a Estados Unidos… En algunos aspectos el tratado al principio lo hizo, pero por muchas razones y al pasar los años no lo consiguió. Las ideas persistentes de los anglo-americanos sobre la raza y sus creencias en la inferioridad de los no blancos, crearon tensiones duraderas y obstáculos para conseguir una convivencia, armoniosa y pacifica entre los nativos americanos de California, mejicanos, afroamericanos, asiáticos y personas de otras razas y lugares. Pero se ha logrado un increíble progreso en las relaciones raciales y étnicas desde las dieciséis turbulentas décadas, desde el firmado del tratado de Campo de Cahuenga. Hoy en día, personas de todas las razas viven codo con codo, en paz en la ciudad de Los Ángeles. Son un buen augurio para un futuro armonioso en Estados Unidos, y tal vez algún día para el mundo.